vendredi 28 mars 2008

El Delta del Ebro


El Delta del Ebro, con 320 km², es después de la Comarca francesa la segunda zona húmeda más importante del Mediterráneo occidental. Comprende numerosos hábitats naturales poco frecuentes en el resto de Cataluña: grandes lagunas de agua salobre, la Tancada, o más dulces, l'Encanyissada, kilómetros de playas con campos de dunas, Punta del Fangar, yermos salados, como el de la Tancada y Punta de la Banya, surgencias de agua dulce, los Ullals, bahías someras, como el Fangar o Els Alfacs, y bosques de ribera e islas fluviales que, conjuntamente con los ecosistemas creados por el hombre -arrozales y salinas-, constituyen un paisaje único de gran riqueza natural.
Esta diversidad de ecosistemas, flora y fauna, ha motivado la protección de una importante parte del Delta declarada Parque Natural en el año 1983. Es, de hecho, un paraíso ornitológico donde se pueden contemplar más de 300 especies de aves, algunas sedentarias y otras migratorias, que pasan el verano o el invierno o están de paso. Es el único hábitat en toda Cataluña donde se pueden encontrar algunas especies entre las que destacan: la garceta grande, el morito común, el avetoro común, la
garcilla cangrejera y el flamenco, a las que se unen docenas de miles de patos y aves limícolas. El Delta también es rico en muchas plantas raras, anfibios, peces e invertebrados endémicos.
El Parque Natural cuenta con una completa infraestructura de soporte para el turista y el estudioso: un ecomuseo para interpretar el medio natural y agrícola del delta, diversos centros de información, un centro bibliográfico y una estación biológica con un centro de recuperación de la fauna silvestre para acoger a los científicos.
A parte del inegable valor ecológico de la zona, paraiso de ornitólogos o simples amantes de la naturaleza no se puede olvidar la belleza de unas playas salvajes. El Delta representa también la lucha del hombre por colonizar una tierra dura y dificil cultivando arroz, los arrozales cambian de color según la estación y se pierden en el infinito de pequeñas casas y pueblos. Imprescindible un paseo en cualquier embarcación que va a la desembocadura.